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Persona con mascarilla

Impacto del coronavirus (COVID-19) en la industria global

Una de las principales medidas que se ha tomado, para frenar al Covid-19, ha sido el aislamiento voluntario o cuarentena de buena parte de la población económicamente activa, lo que ha traído como consecuencia una disminución drástica de todo el movimiento mercantil, industrial y productivo de la sociedad.

El mundo se enfrenta a una profunda crisis que amenaza con producir una de las mayores recesiones económicas que se ha conocido en la historia de la humanidad. La peligrosa pandemia producida por el coronavirus Covid-19, ha resultado ser mucho más peligrosa de lo que inicialmente se pensaba, debido a su rápida propagación y a su elevado índice de mortalidad en aquellas personas que resultan contagiadas de esta terrible enfermedad.

Desde su aparición a finales del año 2019 en la ciudad Wuhan de China, este nuevo coronavirus no ha dejado de expandirse por todo el mundo, contabilizando más de 414 mil casos positivos a nivel mundial y que ha cobrado más de 18 mil vidas.

Bajo este escenario, las organizaciones mundiales y gobiernos de cada país, así como la sociedad en general, han reaccionado rápidamente, para tratar de contener el avance de esta pandemia y así, evitar con ello un impacto más drástico al ocasionado. Sin embargo, una de las principales medidas que se ha tomado en México, para frenar al Covid-19, ha sido el aislamiento voluntario o cuarentena de una gran parte de la población económicamente activa, lo que ha traído como consecuencia una disminución drástica de todo el movimiento mercantil, industrial y productivo de la sociedad.

De esta forma, hemos observado como poco a poco se han restringido la salida de vuelos internacionales y domésticos, así como el cierre de varios hoteles, empresas, comercios locales y en general, el paro de distintos sectores de la industria.

Sin lugar a dudas, esta crisis inesperada, está generando graves consecuencias en el aparato industrial a nivel mundial, y por ello, los países comienzan a realizar proyecciones de la gigantesca caída que se avecina en todos los mercados mundiales y la profunda recesión que esto generará.

Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), han advertido sobre la drástica reducción del crecimiento económico proyectado para este año 2020 y la caída inminente del Producto Interno Bruto (PIB) de la mayoría de los países en todo el mundo.

En esta coyuntura, los estados están evaluando la posibilidad de inyectar grandes volúmenes de dinero al sistema económico y financiero, con la finalidad de disminuir su caída y permitir que siga funcionando bajo este nuevo panorama.

En este sentido, acciones como bonificaciones personales, suprimir pagos de rentas, alquileres, servicios públicos, créditos bancarios, impuestos sobre la renta, entre otros; están siendo considerando por algunos gobiernos, para compensar en alguna medida, el fuerte golpe económico que significa para una familia no recibir ingresos durante este periodo de aislamiento generado por la contingencia epidemiológica.

Por otro lado, los estados también han puesto la mirada, para centrar parte del esfuerzo económico, en el apuntalamiento del sector industrial y manufacturero en medio de esta crisis, ya que históricamente, esta es una de las áreas que más empleo y bienestar social genera.

Bajo este contexto, los gobiernos de varios países han decidido invertir los recursos que sean necesarios para evitar el colapso total de sus respectivas economías, tomando decisiones como la de intervenir directamente en las empresas para movilizar su producción, hasta el inicio de programas de recompras de deudas corporativas.

La Reserva Federal (equivalente al banco central de EE.UU.) además de bajar las tasas de interés a casi 0 e inyectar liquidez por valor de US$700.000 millones en el mercado con la compra de bonos del Tesoro y valores hipotecarios, anunció que reanudará su programa de compra de deuda corporativa, aplicado por primera vez durante la Gran Recesión de 2008.

BBC Mundo
https://www.bbc.com/mundo/noticias-51955484

De igual forma se han creado fondos de emergencia para capitalizar aquellas empresas que están siendo seriamente afectadas por la pandemia, adoptando una figura de inyección directa de dinero a través de subsidios o por medio de préstamos con bajos intereses y plazos de gracia.

Efectos del COVID-19 en la Industria Automotriz

Automovil en agencia

La industria automotriz en general se ha visto fuertemente golpeada por la nueva pandemia del COVID-19, ya que esta es una gran consumidora de bienes, productos y servicios de otras empresas con las que mantiene incesantes relaciones comerciales que le garantizan la continuidad de sus operaciones.

Al ser esta industria una cadena comercial, sus actividades son muy susceptibles cuando algún eslabón del sistema falla, y esto es precisamente lo que está ocurriendo con la presencia del coronavirus. Grandes compañías como Ford, General Motors, Honda, Fiat Chrysler, Volkswagen, BMW, Renault, Peugeot, Nissan, Audi y Toyota han anunciado el cierre total o parcial, por un determinado tiempo, de algunas de sus plantas ubicadas en varios países, tales como China, Estados Unidos, México, Italia, España, Francia y Alemania.

La automotriz japonesa Toyota extenderá la suspensión de labores en sus plantas de Norteamérica, incluyendo sus dos fábricas en México, hasta el 6 de abril de 2020 por causa del COVID-19.

El Financiero
https://www.elfinanciero.com.mx/empresas/ford-y-fiat-chrysler-suspenderan-operacion-en-mexico-hasta-finales-de-marzo

Las consecuencias de estas medidas son catastróficas a largo plazo, ya que la producción de automóviles queda prácticamente paralizada o reducida a su mínima expresión; trayendo como consecuencia principal una profunda recesión, no solo en las empresas que fabrican y venden los autos, sino también, se ven afectadas todas aquellas pequeñas y medianas empresas que le proveen partes y repuestos a la industria automotriz en general.

Bajo este panorama, las proyecciones del crecimiento del sector automotriz están siendo reformuladas y ajustadas a la nueva realidad, al mismo tiempo, se toman las medidas económicas y correctivas necesarias para que el descenso en la producción sea compensado, y aquellas empresas que dependan de este sector, puedan recuperarse rápidamente una vez que haya sido superada esta emergencia sanitaria.

Efectos del COVID-19 en la Industria Petrolera

            Como ya hemos mencionado, la nueva pandemia del Covid-19 ha repercutido de forma negativa en todas las actividades económicas en general, y por supuesto, para la industria petrolera no ha sido la excepción.

En este sentido, la caída de todo el aparato industrial y productivo mundial está produciendo una enorme recesión económica, con una expectativa de recuperación muy poco favorable, tanto al corto como al mediano plazo.

            Este escenario ha traído como consecuencia que el precio de los hidrocarburos haya caído drásticamente a cifras que no se habían visto en más de 3 décadas, produciendo con ello, una drástica desaceleración de todas las actividades propias del sector petrolero en cada una de sus fases: la exploración, producción, refinación y comercialización.

Al caer súbitamente la demanda de energía, producto de la crisis económica, también lo hace el precio del petróleo y sus derivados, y con ello se agudiza aún más la crisis ya establecida.

            Por otro lado, una respuesta automática del mercado, ante el descenso del precio de los hidrocarburos, es la reducción de la producción, con la finalidad de disminuir o detener dicha caída. Eso implica paralizar muchos de los proyectos de inversión que se tenían previstos, trayendo como consecuencia colateral el desempleo y la recesión económica en este sector.

            Finalmente, las perspectivas que se visualizan en la industria petrolera, por lo menos al corto plazo, no son nada halagadoras, por el contrario, proyectan un estancamiento generalizado de todos sus procesos, de las operaciones y de las inversiones futuras, lo que sumiría a este valioso sector en una crisis sin precedentes, y a replantearse nuevos escenarios para la recuperación que tarde o temprano, deberá ocurrir.